Desesperación

No llores madre, no sufras más por favor…

te prometo que no volverá a ocurrir.

Sí, ya sé que te lo he dicho mil veces,

pero… ahora no, madre, seguro que cambiarán,

me lo han prometido…No, que esta vez no es mentira,

pero por favor madre,  ahora no.

Además, dicen que han inventado un artilugio

y que ya no van a quemar más bosques a su antojo.

No madre, que no te miento. No lo hagas por favor.

Danos unos años más de esperanza…

Y qué será de tu esplendorosa historia,

tan llena de pasajes emocionantes en tu vida…

y de tus fascinantes culturas que han escrito, tantos

y tantos relatos emotivos, durante decenas de siglos.

Y de las riquezas que cobijas en tus entrañas.

No madre no. Ten algo más de paciencia.

Sí, ya sé que estás escarmentada.

Me han asegurado, que van a limpiar todos tus ríos,

y no verterán más desperdicios en tus mares.

¡No madre, no lo hagas!  ¡NO!...

Y se oyó una estruendosa explosión.

Y el espacio se llenó de pequeñas partículas de piedra,

barro, agua y extraños utensilios humanoides

que desaparecieron en la nada.

Un ser diminuto, ensangrentado en el espacio...

lloraba con rabia, y asía con ahínco entre sus manos,

el corazón de su madre.

Pero ésta, ya no existía, se desintegró desesperada.

José Luis Buils